Thursday, May 14, 2009

Tu infancia en mentón


Si, tu niñez ya fábula de fuentes.

Jorge Guillén

Sí, tu niñez ya fábula de fuentes.
El tren y la mujer que llena el cielo.
Tu soledad esquiva en los hoteles
y tu máscara pura de otro signo.
Es la niñez del mar y tu silencio
donde los sabios vidrios se quebraban.
Es tu yerta ignorancia donde estuvo
mi torso limitado por el fuego.
Norma de amor te di, hombre de Apolo,
llanto con ruiseñor enajenado,
pero, pasto de ruina, te afilabas
para los breves sueños indecisos.
Pensamiento de enfrente, luz de ayer,
índices y señales del acaso.
Tu cintura de arena sin sosiego
atiende sólo rastros que no escalan.
Pero yo he de buscar por los rincones
tu alma tibia sin ti que no te entiende,
con el dolor de Apolo detenido
con que he roto la máscara que llevas.
Allí, león, allí furia del cielo,
te dejaré pacer en mis mejillas;
allí, caballo azul de mi locura,
pulso de nebulosa y minutero,
he de buscar las piedras de alacranes
y los vestidos de tu madre niña,
llanto de media noche y paño roto
que quitó luna de la sien del muerto.
Si, tu niñez ya fábula de fuentes.
Alma extraña de mi hueco de venas,
te he de buscar pequeña y sin raíces.
¡Amor de siempre, amor, amor de nunca!
¡Oh, sí! Yo quiero. ¡Amor, amor! Dejadme.
No me tapen la boca los que buscan
espigas de Saturno por la nieve
o castran animales por un cielo,
clínica y selva de la anatomía.
Amor, amor, amor. Niñez del mar.
Tu alma tibia sin ti que no te entiende.
Amor, amor, un vuelo de la corza
por el pecho sin fin de la blancura.
Y tu niñez, amor, y tu niñez.
El tren y la mujer que llena el cielo.
Ni tú, ni yo, ni el aire, ni las hojas.
Sí, tu niñez ya fábula de fuentes.


Federico García Lorca

Wednesday, April 15, 2009

Mi Lu

Mi lubidulia
Mi golocidalove
Mi lu tan luz tan lu que me enlucielabisma
Y descentratelura
Y venusafrodea
Y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
Con sus melimeleos
Sus erpsiquisedas sus decúbitos lianas y
Dermiferios limbos y gormullos
Mi lu
Mi luar
Mi mito
Demonoave dea rosa
Mi pez hada
Mi luvisita nimia
Mi lubísnea
Mi lu más lar
Más lampo
Mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen
De misterio
Mi lubella lusola
Mi total lu plevida
Mi toda lu
Lumía

Oliverio Girondo

Monday, March 23, 2009

¿La verdad?

Me aburrí, no me sale nada, me parece ridículo lo que escribo, ya borré 7 entradas publicadas, y estoy tentado de dar de baja el blog.

Wednesday, March 4, 2009

Song


Un par de acordes más, y podré ser al fin un poco menos que la sombra que se piensa en mi.
Un par de caricias más que te traigan esta tarde de llanto huidizo, frágil a estos suspiros animales, los cuales en algún momento se cruzaron de cama con este "¿qué hubiera sido?" que yace inmovil entre piernas peludas. Cuerpos imaginarios que aclaman un par de besos más, mintiéndose almas aladas y ángeles tibios.


"Te amo en las paredes, en las mejillas de los que se besan, en el seno de las caricias ambulantes.

Te espero como quien detiene el tiempo parado en un patio trasero, y enredado entre ropa y ramas secas, te pienso en el rostro de mi musa utópica.

Muero cuando mis ojos se abren y los colores que fuimos se desvanecen con otro amanecer."



No hubo, hoy, el vibrato de tu dulce voz que los eucaliptos me regalaban diariamente, ni las letras que hacían florecer los ánimos más torpes...

¿Hubo, acaso, un hoy en ese tiempo que detuve parado en el patio, enredado entre risas y trágicas ilusiones?



(...) Silbar de vientos muertos

Trinar de almas imaginarias

Volar el recuerdo sórdido

Que al caer con tus plegarias

se desdeña en el desierto (...)

Tuesday, February 17, 2009

O una noche cualquiera...

Qué increible, una miradita al espejo - decepcionada como siempre - me devela la hinchazón en el ojo derecho, la misma que tenía el año pasado más o menos por estos días.

Si no fuese por que de día soy obrero, doctor, cartonero, o cualquier alternativa a esos oficios comunes; de noche, o al menos de noche, acabaría con la cereza embarrada en mi almohada, soñando cuadros, paredes, billetes, e imagenes felices en algun parque o restaurant de alguna zona aledaña a mi morada transitoria.
Sin embargo la noche "cae" (como se dice por ahí) con los animos renovados, las mismas ganas de desangrarme minuciosamente, hacerme su víctima, solo de ella. A veces noto lo rutinario de lo que a mal_decir pondria como "angustia nocturna o acuerdos de mutua conveniencia con un alter-ego hijo de puta", pero la mayoria de las veces no hay rivotril que la frene; se sabe punzante, vil, sigilosa, y me aborda cuando encarno algun recuerdo feliz, de esos que se van al cenicero con una seca profunda...
La noche castiga y consuela, se lleva todo para llenar los mismos vacíos. y cuando se aburre, me deja algunas letras que mal gasto aqui, en ese intento de transmitirme pa' otros ojos.

En realidad es patético el juego ese, pero me alegra de alguna manera saber que me entiendo aqui, a falta de la totalidad de los dias y noches en los cuales paseo de la mano con lo soplado y lo viejo, buscandome inutilmente.

Monday, February 2, 2009

Una mañana

a Eduardo

Uno

Ya hace el tiempo, desde que me dormí en tu cama, respirando el olor de tu ropa.
Ya el tiempo hizo, hizo sueño, vida de niño, y se llevó a las sombras de Chacarita el niño que evoco con cada pavada en mi decir.

Dos

Hoy lamí tu recuerdo en otros ojos.
Dije cama, dije caja, y hablé tus palabras con un humor inescrupuloso.
Soñé despierto con tu puño y letra, me sumergí en un temblar de aire rompiendo tus cartas para que nadie las llore, te lloré hoy para otras manos que escriben, con otros ojos.
Te lloré en silencio, y para mis adentros.

Tres

La desidia en la mezcla sátira de quien escribe, el avivarse temporalmente, jazz de fondo, y lo mucho que se pierde al plasmar una historia en un monitor de 17' pulgadas, son una bastarda forma de pensarte y concluír en un "cuánta falta me haces" mudo.
Al igual que la tendencia a marcar una tendencia que encierre arbitrariamente un suspiro libre, que el día de repente pierda los colores que tenía, y me devuelva a algún mes de años pasados.

Cuatro

Cuánta falta me haces.

Friday, January 30, 2009

Un Segundo


Me pareció una eternidad, resuelta en el acto de cruzar una calle semi vacía de Miguel Grau al mediodía, un beso mañanero, tu tibieza que no se llegó a traducir durante el suspiro previo, tu olor a flor marchita y tus caricias que se debían a el modo correcto de pasar tu mano derecha por mi mejilla. Solo de ese modo podías cruzarte la habitación como un monton de palabras sordas y suavemente hundirte en mi almohada.
Cuando (lejano) divisé el decenso de tu cuerpo, como una pluma ligera en un paisaje deliberadamente gris, me invadió la extrañeza de un saberse desconocido, la ilógica comparación con los colores y los veranos pasados, la necesidad de justificar mi deseo ermitaño y la angustia que dejó lo poco representativo que fué este segundo en esta mañana.

Monday, January 19, 2009

Vampiro

Es, definitivamente uno de esos pasajeros miedosos de avión, esos que llevan su cara sentada en una piedra, imaginándose el cigarrillo que podría estar fumando, de no ser, claro, por que está en un avión.
Julio se levanta en la mañana bostezando bonito, toma café (A veces mate, cuando no está solo) al paisaje desde la mesa hacia abajo lo sacó del típico cuento aventura urbana, en el que el hombre es su propio dios y construye todo como le place. El verde obstinado del césped se come su mirada a diario, los regadores, y la idea de un hoy exitoso.
A las siete de la mañana, cuando el cielo comienza a ser gris, lo vienen a visitar. Todas se llaman Jannet, todas huelen a sexo barato, tienen la misma cara, la dureza magnánima en la mirada, o al menos es lo que dibujan todas sus piernas al caminar. Una ventaja de vivir con Julio, además de su talento en la cocina, es la facilidad con la que me elimina de su mundo cuando el silencio corta los diálogos, y en la antesala del ritual, cuando una nueva sombra se anuncia desde lejos, detrás del límite, me ofrece como a un menesteroso robot un poco de eso que lo eleva de la realidad, suelo rechazarlo para sentarme y volver a degustar la nueva corriente de aire que estremece las copas de los árboles.
El trabajo es duro, para mí, cada metro cuadrado es un desierto, los rincones están llenos de alimañas, bichos que gritan sus nombres por encima de la niebla que come sueños sin sal. A veces pienso que no existe la urgente necesidad de caminar tan poco, ensuciarme las manos, la consciencia y el pantalón cuando mi mundo es tan hermoso, es tan yo, y me deja habitarlo sin culpas. Pero vivir encerrado en la cueva de Julio, dejar de existir en la mañana, y refugiarme en un baño que huele a bosta y tabaco, son males que no merecen asiento en mi vuelo.

Al mediodía él cocina, comemos, y, como los gallos, comienza a subir esa melodía estridente que atrae a Jannet, o alguna de ellas.
Pensándolo bien, no hago tanto entre sol y sol como para cansarme de estar cansado, en ese tiempo de lujuria y papeles ensangrentados, en el que Julio se entretiene asesinando, me acompañan algunos libros que me regalan algunas ideas, una guitarra que me regala la impotencia de ser mudo, y que me lleva a sentarme aquí.
Alguna vez escribí que los cigarrillos se prendían solos, de día, siempre, por que la gente camina por paseos de zombies y uno tiene que comerse un brazo para no ser mutilado y arrojado a una zanja que parece ciudad; pero eso no importa ahora, es de tarde, y dejé de existir a la mañana. Así son los días aquí, bah, un poco así, algo como una mala película y un mate lavado.

Las noches son del silencio, las posee con calma, para él no tengo quejas, es el rey de mi mundo, me deja esbozar mis letras después de la cena, y aburrirme también, con la premonición de la carga que representa mantener viriles las letras soñadas, o frescas como una lechuga.

Tuesday, January 13, 2009

Triste Conveniencia.

Qué inútil es buscarte, aquí, donde los metales se doblan con la mañana.
Inútil, digo, buscarte en cada sonrisa, o en cada pradera de ensueño, en cada oferta pecaminosa que la noche trae en una brisa húmeda desde las montañas, o el día, qué se yo. Así, casi en secreto, mientras cruzo miradas que relamen lo bizarro de mi ánimo y cuando salgo de mí...

De esas miradas me dibujo una historia, me pienso en tus brazos, te acaricio con silencios, besos mudos que suavemente se desintegran al chocar con el primer eucalipto de la entrada.
Aquí, que es campo y cielo gris; aquí te busco inútilmente, me busco en el calor de tu ausencia, y con la herejía del recuerdo me siento a la mesa solo, solo en las risas de bebé, y en todos los otros cuchillos que me circundan, que, al final, de fondo no se escuchan.

Te pienso aquí, donde te busco, donde no estás, donde no puedes sentirme mientras te pienso.

Es que no puedes sentir lo agrio de la persecución, que el seguirte ciego mientras tus ojos me queman la espalda, es mi negación a la posibilidad de encontrarte desde tan lejos, ¿no puedes, a caso, sentirme cuando te encuentro en algún sueño?

Aquí, donde te busco, te pienso, y te encuentro en un sueño, vale más el minuto sin la tibieza de tu boca que la ilusión de un caos. Es, entonces, perfectamente necesario, que te busque para no encontrarte, que me pare en la vereda a mirar vendado lo que tus manos hubieran hecho de mi, y así, encontrarme con alguna de estas letras en lo negro de mi andar, con la pretensión de lograr esa unión, inútil, que no te aleje, que no te mutile en las primeras horas de la mañana.

Te extraño.

Te extraño y te renuncio cuando me levanto de la mesa, todavía solo, y cuelgo en mi ropero, tu mirada que se apaga.

Apago la luz
_________y te sueño...